La imagen enmudece a cualquiera. Véase la expresión de los agentes, irradiando inteligencia y afan de servicio a la comunidad, la combinación cromática elegida, de truculenta película de serie B. Las motos abajo, el castillo de Praga arriba, al fondo...
Esta campaña sí que muestra la verdadera mentalidad y talante de la mayoría de los checos. La elección de elementos no ha podido ser más acertada. Seguro que habrá colas para convertirse en pistolero y apaleador de débiles.
No hace falta un exceso de perspicacia para deducir la conexión entre las "autoridades municipales" y las máquinas tragaperras, los casinos, y la venta de mercancías podridas en pleno centro de Praga.
Que ustedes lo pasen bien.